Seguro que alguna vez has oído hablar del vudú, en películas, libros, etc. O tal vez alguien te ha contado algo sobre sus ceremonias para hacer resucitar a los muertos. El caso es que probablemente si te hablan de vudú pienses en fuerzas malignas. En el cine, por ejemplo, el vudú siempre aparece retratado como algo muy siniestro relacionado con el diablo y los rituales de sangre. Por lo que muchos creen que el vudú es una religión satánica que practica la magia negra. Pese a su mala fama, lo cierto es que es una religión con sus cosas malas y buenas y con miles de seguidores.
El vudú es una religión que tiene su origen en África en el territorio en el que actualmente se encuentran Benin, Nigeria y Togo. Está ligado al pueblo yoruba de los siglos XVIII y XIX. Esta religión llegó a América de la mano de esta tribu africana cuyos miembros fueron esclavizados y trasladados al continente americano. Allí el vudú se mezcló con el cristianismo dando lugar a diferentes formas de vudú, una de las cuales se conoce como Santería. El vudú se practica en las partes de África donde se originó, así como en Haití y en partes de Luisiana (USA). Cada lugar ha desarrollado su propia forma de vudú.
En esta religión se mezclan elementos de religiones africanas y del cristianismo. Se caracteriza por la práctica de sacrificios rituales y el trance como modo de comunicación con los dioses. Ochenta millones de personas en todo el mundo profesa esta religión que está en expansión.
El vudú es una religión animista, es decir, considera que todo tiene alma, seres vivos y seres inanimados. Los practicantes de esta religión también creen en un dios todopoderoso llamado de diversas maneras. En Benin le llaman Bondye, en América Bon Dieu y también Mawu. Este ser supremo también recibe otros nombres, de acuerdo con el aspecto de la divinidad que se aborda. Si se le representa como encarnación de la vida, se le conoce como Gbêdoto. Si se le representa como ser divino, se le conoce como Sêmêdo.
Bondye, el dios de los practicantes del vudú, es una deidad suprema que se comunica con sus adoradores a través de espíritus o voduns. Es decir, no es como el dios cristiano al que se le reza o se le piden bendiciones directamente. Sólo se puede llegar a él si se invoca a los voduns.
Rada y Petro
Además de ser animista, el vudú es una religión de dualidades. Por lo que cuenta con fuerzas que representan la felicidad y la tristeza, el bien y el mal, lo oscuro y la luz. Si estas fuerzas son honradas y respetadas en las ceremonias religiosas, beneficiarán a las personas brindándoles lo mejor de la vida. Además de los voduns, los practicantes de vudú creen en los loas. Los loas son los diferentes espíritus de la familia y de las primordiales fuerzas del universo. Estas son el bien, el mal, la salud, la reproducción y los demás aspectos de la vida cotidiana. Dichos seres interactúan con las personas que habitan la tierra. Además están capacitados para transmitir mensajes al dios supremo y hacen que ocurran cosas, que pueden ser tanto malas como buenas.
Debido a esta dualidad, hay dos formas de magia vudú llamadas rada y petro. Rada es la magia buena o blanca. Esta forma de vudú la practica un houngan (sacerdote o rey vudú) o una mambo (sacerdotisa o reina del vudú). La magia Rada se dedica principalmente a la curación con hierbas o a través de la fe. También incluye adivinación en sueños y predicciones del futuro.
Petro o congo es la magia maligna o negra. Esta forma de vudú la practica un bokor (hechicero o brujo). La magia Petro es la magia que incluye orgías, maldiciones de muerte y la creación de zombies. Petro se practica mucho menos que rada, pero es la forma de vudú que más se conoce.
Otras creencias vudú
Tanto mujeres como hombres pueden ser sacerdotes de vudú y aunque no en todas partes es de la misma forma, normalmente los sacerdotes tienen la función de ponerse en contacto con los loas o voduns y además deben dirigir las ceremonias. Suelen también iniciar a los nuevos sacerdotes, leer sueños, enviar hechizos, invocar protección y crear pociones con varios propósitos.
La mayoría de las ceremonias se desarrollan a través de la posesión y el trance. El espíritu posee a cualquier persona presente y habla a través de ella dando a conocer su voluntad. El mensaje puede referirse a quejas o demanda. También da testimonio de su protección y ofrece asesoramiento sobre problemas cotidianos.
Los vudú tienen una gran fe en las almas de los difuntos sobre todo las de antiguos miembros de la religión y familiares fallecidos. Los muertos desconocidos e ignorados son de temer, mientras que los que son tenidos en cuenta y cuidados son protectores.
Las dos almas
Las personas que practican vudú creen que todo el mundo tiene dos almas, una grande y una pequeña. Cuanto más grande es el alma, mayor será el gros-bon-ange (gran ángel) que se separará del cuerpo después de la muerte para presentar su caso ante Mawu o Bon Dieu, antes de que vaya a Ginen, la «isla bajo el océano”. Un año y un día después de que el gros-bon-ange se ha separado, los descendientes de la persona pueden evocarlo y colocarlo en un govi, una pequeña botella de arcilla, con el sacrificio ritual de un buey o de un animal igual de valioso.
El alma pequeña se conoce como ti-bon-ange (angelito), es más o menos equivalente a la conciencia y se cree que permanece en el cuerpo hasta tres días después de la muerte. Durante este período, un bokor (brujo vudú) puede convencer al ti-bon-ange de que el cuerpo no está muerto y utilizarlo para reanimarlo como un zombi.
Una característica principal de los rituales vudú es el baile. De hecho, al vudú se le llama “la religión bailada” y se debe al valor sagrado que le dan a la danza. Lo que intentan los rituales vudú a través del baile es entrar en una especie de comunión con la naturaleza y lograr expresarse con todo el ser para lograr recibir el aliento del dios que se manifiesta mediante el atributo elegido. Otro elemento fundamental en los rituales vudú son los tambores que tienen un significado sagrado ya que representan a los espíritus independientes a quienes también se le hacen ofrendas.
Como ves el vudú es algo más que zombis y ritos macabros aunque haya una parte de esta religión que se dedique a hacer el mal.