Uno de los rituales de amor más comunes son los amarres. Estos hechizos se usan para atraer a la persona amada y hacer que se quede junto a nosotros para siempre, sin respetar su voluntad. Es un hechizo de magia negra o roja, pues el que lo hace quiere conseguir su objetivo: que vuelva la persona amada sin importarle si ésta lo quiere o no. El amarre implica siempre el doblegamiento del libre albedrío de la persona sobre la cual se realiza. Para que un amarre funcione tiene que existir una relación previa entre el que amarra y el amarrado. No sirve para relaciones nuevas. Son útiles para relaciones que se hallan en dificultades o que están atravesando una etapa de distanciamiento.
Cuando una persona es víctima de un amarre, el flujo energético de los chakras cercanos al corazón se redirecciona hacia la persona que está realizando el amarre. Por lo que la persona amarrada se ve atraída hacia quien hace el amarre en contra de su voluntad. Como la energía no fluye correctamente, la persona amarrada sufre intensos dolores y una separación entre sus sentimientos y el mundo que le rodea. Esto le impulsa a centrarse en la persona que realiza el amarre. Lo que empiezan siendo unos pequeños desajustes, con el tiempo se complica y provoca graves problemas de salud.
Los síntomas que provoca ser víctima de un amarre son variables. Depende del tipo de amarre, los elementos que se hayan usado, los poderes a los que se haya recurrido, la clase de magia utilizada, etc. Pese a todo existe un conjunto de síntomas que puede indicar que eres víctima de un amarre. Pero recuerda: ante cualquier síntoma extraño, donde primero debes acudir es al médico. Antes de pensar que eres víctima de un amarre debes descartar enfermedades convencionales. No porque te duela la cabeza o no puedas dormir tienes que pensar que eres víctima de un amarre.
Síntomas de víctima de un amarre
Sí tienes un gran número de los síntomas de los que te describo a continuación es muy posible que estés ante los efectos producidos por un amarre. Pero, antes de nada, acude al doctor porque, estés o no amarrado, el médico siempre podrá ayudarte.
Síntomas psicológicos
Cuando eres víctima de un amarre si saber bien por qué empiezas a sentir malestar general y empiezas a sentirte atraído hacia quien te ha hecho el amarre. Sentirás que necesitas acercarte a esa persona aunque a la vez la despreciarás. Estarás insatisfecho lejos de ella pero incómodo si estás a su lado. Esos sentimientos tan confusos se producen porque en tu interior está luchando el poder del amarre con tus deseos reales. También sentirás desinterés por tu pareja habitual, pesadillas recurrentes e insomnio.
Es muy posible que tengas sueños sexuales con antiguas parejas, con animales repulsivos o con gente muerta. Te despertarás de repente con miedo, sudor frío y muy angustiado. Te obsesionarás con la idea de la infidelidad. Los sentimientos negativos aumentarán y te llevarán a conflictos con tu pareja e hijos. Sentirás indiferencia y desapego por ellos y por tus amigos. Dejarán de importarte y no sabrás por qué.
Es muy posible, también, que te encuentres a todas horas con una persona a la que antes apenas veías. Justo con la persona con la que te sientes obsesionada. Esto es muy importante indica que esa persona es la que realizó el amarre. Puedes llegar a sufrir ansiedad, depresión, estrés y ataques de ira. Todo producto de la confusión y lucha que se produce en tu interior. También súbita pérdida de memoria, oscilación del estado de ánimo y miedo injustificado.
Otros síntomas
El color de la piel de una víctima de amarre es lo primero que cambia. Toma un color grisáceo principalmente en el rostro. Pero además puedes sufrir temblores en las extremidades, pesadez en los hombros y opresión en el pecho. Dolor de cabeza constante y hasta náuseas. Por otro lado, en casa los aparatos empezarán a estropearse, sobre todo los electrodomésticos. Y es que estos absorben gran cantidad de la energía negativa que se desprende de un amarre. También tus mascotas pueden enfermar.
Cómo saber si he sido amarrado
Si tienes alguno de los síntomas anteriores y has ido al médico y no encuentra motivos para tu malestar es más que probable que hayas sido víctima de un amarre. Para estar seguro puedes realizar un ritual que te dará la respuesta. Aquí te dejo dos rituales muy sencillos y efectivos.
Ritual de la sal
Para este conjuro necesitarás un puñado de sal de mesa, un cuenco blanco de cerámica, una vela blanca y un objeto personal tuyo. Si quieres realizar el ritual para saber si alguien ha sido amarrado, el objeto personal que necesitarás será uno de esa persona. Este objeto personal tiene que ser algo con lo que estés en contacto a menudo. Por ejemplo un pendiente o un anillo. También un peine, unas gafas o un foulard.
Lo primero que deberás hacer es echar la sal en el cuenco. Echa el objeto personal en la sal y pon la vela también. Enciéndela y deja que arda durante un minuto. Si pasado ese tiempo la llama es irregular y asimétrica, como si la acabaras de encender, significa que hay un desequilibro energético alrededor del objeto personal. Lo que es signo inconfundible de que has sido amarrado.
Hechizo del huevo
Para este ritual sólo necesitas un huevo fresco de gallina y un vaso de agua. Es mejor realizarlo en martes o viernes, mejor por la tarde-noche. Desnúdate y frótate el huevo por todo el cuerpo empezando por la cabeza y acabando por los pies. Cuando hayas acabado, casca el huevo en el vaso y espera diez minutos.
Pasado ese tiempo deberás fijarte en la reacción de la clara y la yema dentro del vaso. Si la yema se queda en el fondo del vaso y la clara está limpia estás libre de toda clase de magia. Por tanto, no eres víctima de un amarre. Por el contrario, si la clara tiene forma de cruz, si en el agua aparecen burbujas, si en la yema aparece algún dibujo o mancha o el agua está oscura es que eres víctima de magia.
Sobre todo no olvides que si te sientes mal y notas alguno de los síntomas descritos, antes de hacer nada debes acudir a tu médico. Es muy probable que sufras un trastorno físico y tu médico te podrá ayudar. No dejes de de acudir al doctor porque te estarías poniendo en peligro.
